LA GENTRIFICACION EN LOS CEMENTERIOS
EL TÉRMINO: gentrificación (proveniente del inglés
gentry, «alta burguesía») se refiere al proceso de transformación de un espacio
urbano deteriorado —o en declive— a partir de la reconstrucción —o
rehabilitación edificatoria con mayores alturas que las preexistentes— que
provoca un aumento de los alquileres o del costo habitacional en estos
espacios. Esto provoca que los residentes tradicionales abandonen el barrio —y
que se sitúen en espacios más periféricos—, lo que produce que este «nuevo»
espacio termine por ser ocupado por clases sociales con mayor capacidad
económica que les permita afrontar estos nuevos costos. Este proceso tiene
especial relevancia en los últimos años en los países capitalistas y
principalmente en ciudades con importante potencial turístico y relevancia
económica.
En ocasiones, también se utiliza para analizar esta
situación respecto de usos comerciales o de servicios. Por ejemplo, la
construcción de centros comerciales o tiendas pertenecientes a grandes cadenas,
relegando a los pequeños negocios. La gentrificación no se centra únicamente en
los aspectos físicos, sino que involucra una serie de cambios en la
conformación de la población y se caracteriza por el desplazamiento de un
estrato social por un estrato superior.
Segun fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Gentrificaci%C3%B3n
Otro ejemplo es el de la ciudad de New York según reportaje siguiente:
La Gentrificación de los cementerios:
Descansar en paz en
Nueva York se convertirá en un lujo
Durante dos siglos, los cementerios de Nueva York han
sido un lugar de descanso pacífico y pintoresco
para los muertos. Ahora el espacio es escaso e increíblemente caro
El cementerio de Calvary, en el distrito neoyorquino de
Queens, con el paisaje urbano de Manhattan de fondo y el edificio Chrysler en
el centro. BENNY SNYDER / AP
En 1825, Jacob Bigelow, médico y botánico de Boston,
Massachusetts, se dio cuenta de que los cementerios de muchas iglesias pequeñas
de la ciudad se estaban quedando sin espacio. Bigelow, que era un visionario,
ideó un plan para un nuevo cementerio en las afueras de la ciudad, uno lleno de
flores que preservara la belleza natural del lugar. Tras años de planificación
y de negociaciones con los residentes, que veían este proyecto con recelo, el
cementerio de Mount Auburn abrió sus puertas en 1831 y los familiares de los
fallecidos empezaron a llegar en carruajes y con cestas de picnic.
Si bien Mount Auburn se inspiró en cementerios de Europa
construidos con un objetivo similar, fue el primero de este tipo en Estados
Unidos y creó tendencia. Pronto empezaron a surgir otros cementerios rurales y
ajardinados.
En Nueva York, se fundó el cementerio de Green-Wood en
1838. Nueve años más tarde, el Estado de Nueva York aprobó la ley de
cementerios rurales, que permitió a las iglesias y a otras entidades comprar
terrenos libres de impuestos. Muy pronto, la ciudad de Nueva York, y más
concretamente Queens, donde las personas bajo tierra duplican las que pisan el
asfalto, se llenaron de cementerios. El cementerio de Evergreens. El de Cypress
Hills. El de Calvary…. Y muchos nombres más.
Recorrí el cementerio de Green-Wood durante unas horas en
compañía de Jeff Richman, el historiador del cementerio. El sitio es realmente
bonito. Los árboles se elevan y se curvan, y proyectan largas sombras en
espiral sobre tumbas y lápidas. El lugar transpira riqueza. Los neoyorquinos
que fallecieron en el siglo pasado se imaginaron un descanso eterno que les
permitiera tener un espacio parecido al que ocuparon en vida. Las tumbas
pasaron a parecerse a casas, con vallas de hierro forjado y bancos en pequeños
jardines. La muerte de los más ricos de Nueva York tenía un coste, tanto
económico como en espacio.
En esa época, no fue percibido como un problema. El poeta
Walt Whitman, que escribía para el Brooklyn Daily Eagle, visitó Green-Wood y se
hizo eco de la belleza del lugar. “¡Con cuánta calma descansarán en sus
mansiones silenciosas, hasta que pase la noche, la noche de la muerte con un
cielo sin luna”.
Durante el recorrido, pasamos por la parcela 44606, un
bello tramo de terreno lleno de señales de enterrados. Si observas con
atención, es posible ver que donde ahora están las lápidas solía haber un
camino. Da la sensación de una planificación en exceso, como los edificios de
apartamentos de cemento que se construyen en una calle llena de antiguas casas
de ladrillo.
En un artículo publicado por The New York Times en 2009,
el responsable de los archivos del cementerio, Kestutis Demereckas, explicó al
escritor Michael Wilson cómo encontró espacio para nuevas tumbas en Green-Wood.
Tras poner tumbas en caminos o carreteras en desuso, estudió los mapas antiguos
del cementerio con el objetivo de encontrar pequeños espacios donde se pudiera
cavar nuevas parcelas. Según el artículo, el cementerio se quedará sin espacio
en el momento menos pensado. Parece que el momento ya ha llegado.
Richman indica que el cementerio puede hacer lo que
estime oportuno para tener más espacio, desde volver a organizar las tumbas ya
existentes o hablar con los promotores y los miembros del patronato para
cambiar la estrategia actual y poder tener nuevos clientes.
Lo que no explicó es que la parcela más barata en
Green-Wood cuesta 19.000 dólares. De hecho, prácticamente todos los cementerios
de la ciudad de Nueva York tienen problemas de falta de espacio para alojar a
una cifra de difuntos que no dejará de crecer. Los precios de las parcelas
están subiendo y los entierros bajo tierra en ciertos cementerios, como el
Cementerio Trinity en Manhattan, ya no están permitidos. Algunas personas que
tienen la suerte de tener parcelas en la ciudad de Nueva York los venden en la
web de Craigslist.
No hace mucho, acompañé a Vincent Carbone, propietario de
Carbone Memorials, un servicio de servicios funerarios de Brooklyn, al
cementerio The Evergreens. En este contexto de cambio, los empresarios como
Carbone han ido desapareciendo ya que los servicios independientes están dando
paso a grandes empresas más económicas y más eficientes. Vi cómo dos de sus
trabajadores limpiaban con chorro de arena un conjunto decorativo de corazones
en una lápida nueva situada prácticamente al lado de otra. Donde quiera que
mirara, las lápidas se pegaban como sardinas. Hasta allí llegaba el zumbido de
los motores de la autopista Jackie Robinson.
Casi todos los neoyorquinos pasan por encima, por debajo,
por el lado o a través de un cementerio en algún momento de su día. Estamos
rodeados de muertos. No solo de muertes recientes, a veces ni siquiera son
muertos de verdad.
Recuerdo una leyenda urbana de mi época de estudiante en
la Universidad de Fordham en torno a un cementerio en el campus con una docena
de tumbas. Según la leyenda, fue una estrategia de los responsables de la
universidad para evitar el avance de una autopista que tenía que atravesar el
campus y, en realidad, no había muertos en esas tumbas. Como ocurre con todas
las leyendas, parecía lo bastante creíble e insólita como para que fuera
cierta.
El entierro en secreto de los pobres
Nueva York aprobó en 1991 un plan para construir en el
Soho un edificio federal de más de 30 pisos y valorado en 276 millones de
dólares. Poco después, supo que en el solar
había enterrados más de 400 cuerpos y que siglos atrás era conocido como “el
cementerio de los negros”. Aunque la ciudad continuó con sus planes de
construir el edificio, cambió el diseño para otorgar al cementerio un estatus
de monumento histórico y, más tarde, de monumento conmemorativo.
Esta situación no fue ni es un problema nuevo para la
ciudad. Sitios tan conocidos como Brooklyn Navy Yard y Washington Square Park
se asientan en viejos cementerios de grupos pobres, marginados o privados de
derechos. Concretamente se cree que bajo el arco de Washington Square están
enterradas más de 20.000 personas.
Más recientemente tenemos el ejemplo de Hart Island, la
pequeña y estéril parcela de tierra que se puede ver desde City Island, en el
Bronx. Aquí, a los reclusos de Riker's Island se les paga 50 centavos la hora
para que entierren a los muertos no reclamados y pobres de la ciudad. En este
caso, se los entierra en fosas, no en parcelas. Bebés, padres y madres por
igual. Allá en el estrecho de Long Island, lejos de la vista de la ciudad, los
reclusos cavan fosas comunes para personas que vivieron una existencia
desconocida para la inmensa mayoría.
Los olvidados, abusados y expulsados entierran a los
olvidados, abusados y expulsados, lejos de la atención de la gente. Como para
añadir un castigo a la pobreza, no se puede acceder a Hart Island de la misma
manera que a un cementerio normal de la ciudad. Si, por ejemplo, un hijo
quisiera visitar a una madre que falleció hace tiempo en la ciudad de Nueva
York y cuyo cuerpo no fue reclamado, estuvo durante tiempo en un depósito de
cadáveres, pasó por la Facultad de Medicina y finalmente fue enterrada en Hart
Island, tendría que esperar a que llegara el único día del mes programado para
las visitas de familiares.Cuando finalmente llegue a la isla después de un
viaje en ferry, localizará a su madre por el número de una fosa compartida por
más de cien cuerpos.
El descanso eterno en un lugar diferente
No dudo de que Jacob Bigelow quería lo mejor para la
gente y la ciudad que amaba, y que quería crear un espacio de belleza para la
gente que anhelaba consuelo. Pero ahora, casi dos siglos después, los mismos
cementerios que Bigelow inspiró están superpoblados y tienen unos precios
excesivos. Cuando fui a Green-Wood, me paré y miré hacia la Estatua de la
Libertad y traté de imaginar lo que solía decorar mi campo de visión: colinas
verdes que acariciaban el agua antes de desaparecer. Ahora la ciudad llega
hasta la valla del cementerio. El día que lo visité, un grupo de trabajadores
miembros de un sindicato se manifestaban en las puertas del lugar y protestaban porque no se atendían sus
necesidades.
Cuando el espacio para enterrar a los muertos se agote,
inevitablemente, los cuerpos de los neoyorquinos marginados, pobres y privados
de sus derechos, o que simplemente no son ricos, tendrán que descansar en un
lugar distinto a la ciudad donde vivieron. No habrá lugar para ellos. Será una
especie de "gentrificación" de los cementerios.
Cuando Carbone y yo salimos del cementerio, señaló un
mausoleo.
"Trommer", dijo, indicando el apellido en la
tumba. "Solía ser el dueño de esta cervecería, allí adelante. Solía estar
justo ahí." Carbone apuntó justo delante de nosotros. Ahora hay una
gasolinera y un establecimiento de la cadena de comida rápida Popeye's. El
negocio funerario de Carbone resiste una calle más lejos bajo una vía del
metro. La ciudad avanza. Los vivos necesitan espacio, ¿pero qué hay de nuestros
muertos?
Fuente del texto: https://www.eldiario.es/theguardian/EEUU-cementerios-gentrificacion_0_793370993.html
EL SIGUIENTE TEXTO SOBRE LA GENTRIFICACIÓN ES ESCRITO POR EL FUNERARIO JULIO CESAR GILIBERTI LOPEZ
La Gentrificación es factiblemente viable como un término, ya que igualmente es aplicable en el contexto actual de la mayoría de los cementerios en el mundo, y específicamente en la República Bolivariana de Venezuela mucho más, ya que el 97% de sus cementerios son horizontales, los mismo hoy representan mucho deterioro y olvido, en ellos podemos hacer un trabajo de gentrificar el área, convirtiéndola en una zona aprovechable con en el sentido de modernidad para un nuevo cementerio o en su defecto devolverla a la ciudad.
Si los cementerios que actualmente existen, en las zonas urbanas de alta densidad poblacional, la gentrificación nos pondría en dos contextos diferente, una con un sentido de mayor beneficio para la colectividad en general o en su defecto la recuperación de un terreno para las alcaldías, ya que con la visión de futuro que representa hoy, revisar los cementerios en las ciudades, sin olvidarnos de las rurales, es importante recalcar que las medidas que hoy presente se tomen, repercutirá en el futuro.
Por ello iniciamos con dos videos de youtube, que explican el proceso de la gentrificación, cual es el pro y el contra, pero como se enfoca en la recuperación de zona inhabitables, en estado de deterioridad general de una ciudad, vimos cómo esta acción, genera una nueva estructuras verticales y su posteriores ventas, generan grandes dividendo para quienes son sus dueños, en los casos de los cementerios no escapa a esta alternativa.
En diversos escritos enfoco la importancia que deben tomar hoy los responsables (Alcaldes) de las alcaldías para el desarrollo de sus cementerios, la revisión de su censo poblacional activo tomando en cuenta el primer censo de este siglo, específicamente el de venezuela en el 2001 donde arrojó un promedio de 21 millones de venezolanos que entramos del siglo pasado, por que la importancia hoy de este censo poblacional, es que estando en el 2018 aún tenemos los mismo cementerios muchos ya clausurados, en su mayoría deteriorados y con un gran espectativa de cierre.
Los casos mas importante estan en las grandes ciudades de Venezuela como la de Caracas, Distrito Capital, Maracay Edo. Aragua, los Teques Edo. Miranda, Valencia Edo.Carabobo y de Maracaibo Edo. Zulia, no escapa de esta realidad las demás ciudades del país, y se ven con preocupación la mayoría de los cementerios rurales de las capitales de los municipios, que en recorrido por diferente cementerios a nivel nacional se ven y es público y notorio, que están en la misma situación de los cementerios de las grandes urbes.
La solución son diversas las tenemos a la mano, es solo la voluntad de las alcaldías y sus responsables, hacerlas efectivas, ya que lo que viene para este siglo es una alta densidad de fallecimientos que sin exagerar y con precedentes la más representativa en la historia humana y de todos los siglos, un número no exacto aproximado de mas de 6.200 millones de humanos y en el caso de Venezuela de mas de 21 millones, por ello su importancia, porque se ha demostrado que las construcciones verticales han permitido la distribución de humanos en un misma zona, estas convirtiéndose en megaciudades como las de Tokio con 34 millones Japón, Shanghai 31 millones China, Yakarta 28 millones Indonesia y Delhi con 27 millones India.
Si no se hubiera aplicado la Gentrificación en estas ciudades sería imposible distribuir esa cantidad de humanos en una área o zona como la capital, tendría que expandirse para otros municipios caso muy conocido la gran Caracas que agrupa otros municipios de otro estado, ya que Caracas como la Capital no tiene el terreno suficiente para la alta densidad poblacional, lo mismo pasa con los cementerios, la ciudad fue creciendo y esta se quedó en el tiempo sin tomar en cuenta el progreso y aumento de humanos.
Por ello la aplicación de la Gentrificación en los Cementerios es de carácter obligatorio, en los casos específicos de las grandes urbes, sin menospreciar las zonas rurales que deben adecuar la distribución según su tasa poblacional, la clave es el censo y la administración del terreno, en los casos de los cementerios más grande del mundo, su diferencia ha sido, no es solo el tamaño del terreno sino la distribución administrativa específicamente vertical, que nos ha demostrado que funciona y será parte de la solución, siempre y cuando tambien se tomen las diferentes alternativas mundiales como completo de los servicios incluidos.
Escrito por Julio Giliberti Lopez
16 de Agosto del 2018 hora 9:48 pm.
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